domingo, 27 de enero de 2013

Los Comparadores de Salud




No nos gustan los comparadores. Y menos, los comparadores de salud.  Y no nos gustan los comparadores porque lejos de prestar un servicio personalizado, pretenden distribuir coberturas sanitarias como churros sin entrar en muchos detalles. O con demasiados, que viene a ser lo mismo.

Cuando queremos contratar una póliza de salud, es evidente que el coste es determinante: o podemos pagarlo o no. Pero la cuestión es: ¿sabemos de verdad cuales son las opciones que tenemos? Generalmente, no. Nos guiamos por una búsqueda más o menos amplia de lo que queremos en la red. Y ésta nos devuelve un aluvión de información en donde se mezclan desde ofertas de última hora con conflictos sanitarios en alguna comunidad autónoma. En definitiva: nos devuelve un caos.  Y con esa caótica información, intentamos elegir la opción que mejor  nos cuadre.

Lo que no te dice la búsqueda es si lo que ha encontrado en comparable entre sí. Tampoco te dice si lo que te ofrece la pantalla esconde detrás  muchas o pocas incidencias con clientes. Tampoco te dicen si los cuadros médicos que te ofertan son similares. Todo esto se lo tiene que curra uno. Y, a veces, aun sabiendo hacerlo, no resulta fácil. Y seguro que nunca es ni práctico ni rápido.
Porque la realidad es que ante la decisión de disponer de una cobertura sanitaria privada lo que no te dice la pantalla después de tu búsqueda son que opciones son las que tienes para empezar, antes de ponerte a buscar. Y esas opciones son las siguientes:

Clínicas o igualatorios médicos: Prolifera por toda la geografía esta modalidad consistente en que a través de una cuota, generalmente mensual, se tiene acceso a una gama de  profesionales sanitarios a un coste inferior del que se baraja en el mercado libre. A esto, incluso prestigiosos centros de medicina privada se han apuntando, montado su propio “club de socios”.  Como punto negativo, la presencia geográfica se suele ser limitada. Tienen un ámbito de concierto local o, a lo sumo, comarcal. Puedes hacerte del club viviendo a 600 kilómetros del servicio que te ofrecen, aunque los desplazamientos y estancias corren por cuenta tuya.

Prestaciones concertadas: Es una evolución de lo anterior. Aquí ya encontramos cuadros profesionales y clínicas concertadas repartidas por todo el territorio nacional. La intención de estos cuadros es ofrecer lo mismo que un igualatorio médico pero abarcando generalmente todo el territorio nacional. Algunas compañías de decesos incorporan algún tipo de servicio de este tipo. Quizás, como punto negativo, por lo ajustada de la cuota que los socios pagan, se echa  en falta en estos cuadros médicos figuras de prestigio y centros de renombre dentro del mundo sanitario.

Pólizas de seguro con copago: Esto es lo más conocido y extendido. A través de un pago, generalmente  mensual, tienes a tu disposición un cuadro médico generalmente amplio y extenso.  Y para algunos servicios establecen un copago que, generalmente no suele ser alto. Parece tener esto un carácter disuasorio en algunos casos o una forma de nivelar las recaudaciones en  otros casos. Algunas compañías establecen este copago en servicios como psicología, psiquiatría y alguna otra. Otras en cambio lo establecen para todos los servicios. Pero en todo caso, suelen ser cantidades que oscilan entre uno y cinco euros.

Pólizas de seguro sin copago: Es lo mismo que lo expuesto en el párrafo anterior, pero sin que tengas que realizar ningún pago adicional por ningún servicio. Como resulta evidente, la diferencia fundamental es que tienen un coste algo superior.

Pólizas de seguro de reembolso: Con esto, eliminas el cuadro médico. Vas al profesional o centro sanitario que quieras y la compañía te reembolsa lo gastado. Puedes encontrar alguna compañía que te ofrezca el reembolso del  100 por 100 de lo gastado. Lo normal suele ser un reembolso de entre el 80 y el 90 por 100. También puedes encontrar esto como garantía contratable opcional en algunas pólizas con cuadro médico.  Quizás la única pega, además del alto coste que tienen, es que generalmente hay que pagar primero y luego te reembolsan los importes. Para depende de que situaciones, esto puede ser un gran punto en contra de estas pólizas.

Si se te ha quedado corto esto, o quieres más información, pincha sobre el teléfono o llámanos.